De Fracasos Maravillosos: Lecciones para el Éxito en la Graduación de Medicina

27 de julio del 2023

En un emotivo discurso en los grados de Medicina, la rectora Raquel Bernal reflexionó sobre la importancia de abrazar los fracasos como oportunidades para crecer y alcanzar el éxito. Destacó la perseverancia, paciencia y visión como claves para construir una vida significativa. Asimismo, animó a los graduandos a gestionar emociones, desarrollar resiliencia y buscar apoyo en su camino. El mensaje final fue claro: el fracaso es un paso crucial hacia un futuro exitoso y lleno de propósito.

«La resiliencia, la capacidad humana de sobreponerse a los golpes de la vida y tener actitud positiva ante la adversidad, se construye promoviendo la compasión y realizando actos aleatorios de amabilidad y generosidad.»

Raquel Bernal

Lee aquí el discurso completo:

De fracasos maravillosos

Discurso Raquel Bernal Grados de Medicina Julio 27 de 2023

Queridas y queridos graduandos, padres de familia, decana Natalia, amigos de la Fundación Santa Fe de Bogotá, Dr. Gallardo, Dr. Fajardo, Dr. Llinás y Dr. Salamanca, invitadas de nuestro Consejo Superior Paula Samper y Catalina Crane, invitados especiales y amigos. Un saludo especial a nuestro orador principal de esta ceremonia, Dr. Alejandro Gómez, Secretario Distrital de Salud.

Bienvenidos todos y todas a nuestra ceremonia de grados de Medicina.

El día de hoy estaremos graduando a 60 estudiantes. Un estudiante recibirá un grado summa cum laude y dos estudiantes grado cum laude. El 62% de la cohorte son mujeres. El graduando más joven tiene 22 añitos y un 38% de los graduandos fueron becados a su paso por la Universidad de los Andes. Algunas de las opciones académicas que completaron nuestros graduandos son en cultura musical, neurociencias, pedagogía y psicología.

Para nosotros es una alegría y un honor acompañar a nuestros graduandos y sus familias en este momento de celebración, el cierre de una época y el inicio de una nueva etapa en sus vidas. Felicitaciones a nuestras y nuestros estudiantes por su dedicación y esfuerzo, felicitaciones por representar el espíritu Uniandino, por acoger los valores de esta Universidad en cada acción que emprendieron a su paso por aquí. Felicitaciones por este logro y por lo que desde ahora continuarán haciendo por la sociedad y por este país. Recuerden que esta siempre será su casa.

En días pasados, fue viral un video del basquetbolista griego Giannis (Antekompu) Antetokounmpo del equipo los Milwaukee Bucks, que le contestaba a un reportero quien le preguntó si la derrota contra los Miami Hits en las finales se consideraba como un fracaso de la temporada para él. La respuesta es maravillosa, entre el asombro y el enojo por la pregunta, le devuelve diciendo: ¿a usted lo promovieron en su trabajo el año pasado? El periodista contesta que no. Y Antekompu vuelve a preguntar ¿Eso le parece que es un fracaso de su vida? Y así sigue hablando sobre lo que significa la carrera de la vida, y el rol de los errores en la construcción de una visión. A mi me dejó pensando por muchos días este intercambio. Y hoy quiero hablarles un poco sobre esto, aprovechando que hoy es el inicio formal de su vida laboral y un momento crucial para la construcción de su propósito de vida.

Los errores son cruciales para poder construir una vida sólida, llena de satisfacción y propósito. La suerte es sólo parte de lo que influirá en sus vidas en adelante. Pero más importante serán sus talentos, su capacidad de aprender de manera continua, la perspicacia para saber detectar buenas oportunidades, y por supuesto el trabajo arduo. El éxito rápido y accidental es la excepción no la regla. Y por eso es tan importante estar preparado para fracasar sin desfallecer. Al contrario, estar preparado para aprender de los errores y usarlos para potenciar lo que viene de manera estratégica e inteligente.

Las historias de fracasos antes del éxito son muchísimas. Quiero contarles algunos de estos ejemplos, y tratar de descifrar de ellos algunos aprendizajes significativos para superar los errores exitosamente y apalancar mayor crecimiento personal precisamente gracias a ellos.

Thomas Alva Edison tuvo que probar más de mil experimentos en su proceso para inventar la bombilla. Cuando le preguntaron si no se cansaba de ensayar tanto y fallar, contestó: “al contrario, porque ahora puedo descartar mil razones por las cuales no había funcionado antes y eso aumenta mi probabilidad de llegar a la respuesta correcta más pronto”. De aquí aprendo sobre la perseverancia, la capacidad de ensayar hasta lograr, sin perder la confianza en uno mismo, entendiendo que el poder está en mí y no viene de los demás.

El juego de la vida no se logra o se pierde en un año, la búsqueda del propósito y la felicidad es una tarea de largo plazo. Eso requiere paciencia y visión.

Henry Ford, en 1896 creo un aparato disfuncional de cuatro ruedas que se impulsaba con unos motores pequeños. La idea fue un fracaso total. Pero Ford tenía certeza de que sería capaz de producir y vender carros. Cuando fundó la compañía Ford, había fracasado cinco veces, pero seguía intentando. Él mismo decía que tras cada error iniciaba de nuevo con mayor inteligencia. Tenía la visión. Su meta era clara y persiguió esa meta sin descanso.

Tengo la impresión de que las nuevas generaciones se han acostumbrado al inmediatismo, a la necesidad de adelantar la gratificación siempre que se pueda. La capacidad de postergar la gratificación se correlaciona positivamente con el éxito laboral y personal. Yo hago experimentos con niños chiquitos para evaluar la capacidad de postergar la gratificación. Les doy una galleta y les informo que les puedo dar una segunda si durante cinco minutos pueden esperar a que yo vuelva sin haberse comido la primera galleta. Durante este período los grabamos y lo que se ve es increíble. Una vez cometí el error (hablando de errores) de usar galletas Can-Can que tienen crema por dentro. Los niños abrían la galleta se chupaban la crema, volvían a cerrar y luego me pedían la segunda galleta. Aprendí! 4 En cada momento, piensen si lo que están haciendo los llevará a donde quieren estar, y construyan esa visión de largo plazo que les permitirá aportarle al mundo.

Walt Disney, el padre de Mickey Mouse, atravesó múltiples decepciones y fracasos antes de llegar a ser el pionero de la animación cinematográfica. En uno de sus primeros trabajos como ilustrador de un periódico lo despidieron por falta de creatividad e imaginación. Inició varios emprendimientos, todos fracasaron. Muy a pesar de estos reveses, Disney invirtió todos sus ahorros en la producción de su primera película, Blancanieves. El resto de la historia ustedes ya la conocen.

Aquí aprendo de la importancia de tomar riesgos. Si uno hace las cosas igual, el resultado siempre va a ser el mismo. Hay que hacer las cosas distinto entonces. Los retos se superan con coraje, eso requiere tomar decisiones que a veces cuestan y que seguramente dan miedo. Pero esa valentía es necesaria en la vida, para poder tener impacto y dejar huella.

Steve Jobs dejó la dirección general de la empresa que él mismo creó, tras su fracaso en 1985. Años después regresaría a Apple para traer éxito tras éxito a la compañía. A Michael Jordan no lo recibieron en el equipo de basquetbol de su colegio. Steven Spielberg se presentó tres veces para admisión en la Escuela de Teatro, Cine y Televisión de la Universidad de Carolina del Sur, pero nunca lo aceptaron. Y podría seguir. Aquí aprendo sobre la resiliencia, la capacidad humana de sobreponerse a los golpes de la vida y tener actitud positiva ante la adversidad.

La investigación en neurociencias ha documentado que la resiliencia se construye cuando uno promueve la compasión, por ejemplo, a través de actos aleatorios de amabilidad y generosidad. Cuando uno es capaz de leer el dolor humano y atenderlo con un pequeño gesto, eso nos acerca a la fortaleza de superar la dificultad.

En suma, perseverancia, paciencia y visión, confianza en sí mismo, tomar riesgos, y resiliencia.

Yo misma he aprendido de cientos de equivocaciones. Pasé por varios trabajos antes de encontrar mi vocación. Estuve en el Banco de la República, en multinacional de productos de consumo masivo, en banco privado, en firma consultora, y no, no, no y no. Pero todo ese camino me permitió entender mis fortalezas y mis debilidades, mis sueños y mis expectativas, y llegar a donde me encuentro, en donde siento que puedo cumplir mi propósito de vida y aportarle a este país. Les podría contar más de mis fracasos… pero me abstengo en este momento feliz. ¿Cómo logré yo aprender de mis equivocaciones?

Primero, aprendí a gestionar y entender la información que tengo de cada fracaso. ¿Qué fue lo que pasó? ¿Qué falló? ¿Qué pude haber hecho mejor? Descifré competencias que me hacían falta, entendí que avanzar requería tomar una decisión arriesgada como dejar mi vida de profesora y postularme al cargo de la rectoría, descubrí que no tengo vocación para ciertas tareas o que algunos objetivos no cumplen con mi propósito de vida. No se siente a autocompadecerse, más bien siéntese a aprender de lo que ocurrió. Si todo me sale bien, si siento que mi camino es suave y sin percances… ese aprendizaje no se está dando, y eso no es bueno. Cada cosa que pueda mejorar de mi y mi contexto, es un paso más en mi camino. Así que tome una pausa y estudie su error. Aprenda, revise y vuelva a empezar.

Segundo, hay que aprender gestionar las emociones. Autorregulación. La frustración y el fracaso no nos pueden tumbar. Así es la vida. Llena de altibajos. Llena de buenos momentos, pero también de momentos muy difíciles. Aprender a manejar las emociones es posible. En estas épocas, vivimos la epidemia de la salud mental. Es verdad que es un mundo más competitivo, más retador, de mayor soledad como consecuencia de la interacción digital.

Pero también creo que hemos hecho una mala labor en lograr construir mayor resiliencia en nuestros hijos, nuestros estudiantes, los jóvenes en general. Les solucionamos todo, les gestionamos los problemas en vez de dejarlos a ellos fallar y aprender desde que son niños a encontrar soluciones a sus retos. La buena noticia es que esta competencia se puede adquirir en cualquier momento de la vida. Búsquela sin descanso. Porque la vida no es una línea recta, es más curveada de lo que anticipamos. Cuídese, buenos hábitos, ejercicio, meditación, buena alimentación, buen dormir, vida social activa, cuidar de otros y recuerde… actos aleatorios de amabilidad.

Yo no es que haga esta tarea muy bien. Esto de manejar las emociones es cosa seria. Sino pregúntenle a la decana si alguna vez me ha visto enojada. O a mis queridos amigos de la Santa Fe si estoy siempre contenta y optimista … pero ahí sigo, trabajando en eso con paciencia. No esperen a tener mi edad para sentir que van lográndolo. Entre más temprano, mejor.

Finalmente, en las épocas duras, después del fracaso, hay que pedir ayuda. Es verdad que les he dicho que deben ser fuertes y resilientes, pero también hay que ser inteligentes en buscar a los que nos pueden ayudar a avanzar en momentos en que nos sentimos atascados o paralizados. Para eso es indispensable construir la red de amigos, familia, socios, mentores y aliados. Eso no se logra detrás de las redes sociales. Se logra en persona, cuidando a los amigos, preocupándose por la gente, estando presente cuando otras personas son las que fracasan y necesitan nuestra ayuda.

Aquí comienza este camino para ustedes. Hagan este viaje con gratitud, con valentía y resiliencia. Caminen siempre acompañados y nunca se limiten a ustedes mismos. Ustedes son tan grandes como quieran ser.

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